Mustang

Y eligieron. Con fuerza, con pasión, con tropiezos; pero eligieron. Su voz se alzó y sus actos fueron escuchados. La liberalización sexual femenina se intuía desde la primera secuencia mágica en la que la juventud se mostraba libre y sin filtros. Natural, bonita y rebelde. 

Cuando el destino parece atado, cuando la cárcel asfixia, cuando los que amamos huyen: ahí se produce el secuestro. Un secuestro que se sale de la pantalla sin apenas darnos cuenta, pero que está ahí, encerrado en cada libre movimiento de estas nuevas vírgenes suicidas. 

La mujer, sin duda, es la protagonista. La mujer cargada de fuerza, de ganas de lucha, de belleza, de intelecto, de liberación y de autoconsciencia. Porque sí, porque las mujeres están tomando conciencia de aquello que las oprime, porque saben que tienen elección y esa elección solo depende de ellas, nunca más de otros. Mustang nos habla de mujeres: de mujeres que caen en las redes de la norma, de mujeres que eligen a quienes aman o a lo que aman, de mujeres que deciden que antes muertas que atrapadas, pero sobre todo, Mustang nos habla de una realidad desconocida para la mayoría de Occidente y nos presenta unas mujeres que muchos ni sabían que ya estaban luchando por sus derechos, mujeres que en muchos casos viven al otro lado del mar y a las que destinan a vivir en los límites del hogar. 

El film, más que un logrado realismo social, es una reivindación femenina; un impulso para aquellas conscientes de su opresión pero sin fuerzas para la liberación, un empuje hacia la autoconsciencia para aquellas otras que aún no se han dado cuenta de sus cadenas. Y todo filmado de la manera más natural, simple y bonita. Las escenas de las seis hermanas son tan espontáneas y sencillas que hasta olvidamos que hay una cámara grabando: toda la belleza parece estar pura e intacta ante nosotros. Sin embargo, por supuesto que hay cámara de igual modo que hay directora, en este caso, Deniz Gamze Ergüven, a quien le atribuimos el mérito de crear esta especie de revisión de las ya mencionadas vírgenes suicidas y hacerlas aún más potentes y fuertes que sus predecesoras.

Mustang es una película que no temo colocar entre las mejores del pasado 2015 y que, sin ninguna duda, supera a muchas de las nominadas a los grandes premios aunque solo sea por su carácter reivindicativo y su visualmente preciosa simplicidad. Ahora solo queda esperar que consiga llegar a todo el mundo y no se quede solo entre nuestras fronteras, que se liberalice y vuele libre hasta las costumbres más tradicionales para alzar la voz y gritar que las mujeres tenemos elección y decisión propia, que podemos ser solo si nosotras nos dejamos serlo y que podemos ser libres por fuera al igual que debemos serlo por dentro.


de Sandra del Olmo.


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